Wednesday, October 26, 2005

Aporia de la camisa nueva

Tengo un problema lógico y práctico. Tengo una camisa vieja; como es vieja, se desgasta; como se desgasta, cambia; como cambia, ya no es la misma, y en cada cambio es justo considerarla otra, pues cambiando otras son sus características, y es justo considerarla nueva, pues la camisa no tenía antes esas características. Si ya no es la misma camisa, luego ya no tengo camisa, pues mi camisa es vieja.

Tuesday, October 25, 2005

De fabula (¡de fabula!)

Recientemente un amigo (a quien, para su desprestigio, identifico con quien dijo: no encuentro nada gracioso en tu blog) y yo platicamos de física y matemática. A él le correspodía hablar y a mí escuchar (la música, dicen, es la combinación de sonidos y silencios). Salió al tema la aporía de Aquiles y la tortuga. Él la llamó “fábula”, y además hizo importantes aportaciones a la ciencia matemática, justificándose: así la llaman los matemáticos. Pasemos de largo a Monterroso. Pensemos en la aporía como fábula. La moraleja, si bien remota, puede ser igualemente aleccionadora: nunca compitas con tortugas, cuyos aliados son los taimados números transinfinitos.

Monday, October 24, 2005

Correccion apolitica o aplopegica

Propongo: a quien roba no lo llames ladrón, mejor designarlo como “persona con un sentido de la propiedad diverso”.

Wednesday, October 19, 2005

Teologia intempestiva

Releo a San Agustín. La predestinación nos orilla a pensar varias cosas. Entre otras: el juicio final será, a final de cuentas, un gran prejuicio.

Thursday, October 06, 2005

El dedo

Después de mucho sufrir, descubrí que el dedo gordo de mi pie izquierdo es comunista. Los médicos me aseguraron que esta aberración es harto más común de lo que se piensa, y que la general ignorancia del difundido padecimiento se debe a que, inocuo como es, poca alarma despierta. A eso, agreguemos el hecho de que en casos de concordancia ideológica, muchas personas portan su dedo comunista, si no con orgullo, al menos con comodidad.
Para tranquilizarme, el doctor me contó las historias médicas de algunos en que el comunismo invadió el cuerpo entero, el cerebro o el aparato reproductor, provocando pruritos y promiscuidades irrefrenables.
Tal parece que el comunismo de mi dedo gordo nada tiene de especial. Es la variante más vulgar.
Descubrí mi padecimiento de la manera más cruel: calambres que me paralizaban en el jacuzzi, cierta inevitable tendencia a pisar gente en el transporte público, codeándose con cualquiera, además de un desenfadado placer por los charcos. Mi novia, ates de conocer mi padecimiento, mne reprendía severamente por echar a perder el buen calzado.
El tratamiento para curarlo ni es cosotos ni doloro en demasía, aunque, como es natural, demanda disciplina y reclama paciencia. Se recomienda que los dedos sean firmemente adoctrinados por la religión.
El tratamiento no siempre funciona. En casos extremos, la dolencia degenera y el dedo gordo entona cantos y busca ir de casa en casa para regalar biblias y para pisar bautismalmente a nuevos feligreses.

spleen schizo

Me comentó hace poco un amigo que no encontraba nada gracioso en este espacio. En su momneto el comentario me hizo gracia y consideré incluirlo en la página. Pero luego cayó de mi gracia y por eso lo inscribo.

Sospecho que quienes usan sus blogs para comentar sus blogs son personas muy concientes. Además de tener la gracia de una vaca bailando reggae, comentar el propio blog es como apapacharse para ahorrar los 400 o 600 pesos de una consulta al psiquiatra. Yo, mientyras tanto, visualizo a la vaca.

Dormí mal y sin sueños. Esculapio y Morfeo no se hicieron presentes. Dormí fuera de sus horarios de oficina.